Comienzo hoy a escribir esta entrada por petición de uno de mis amigos personales. Ayer mismo me pidió que contara algo sobre este tipo de uva acordándose de que en su boda puso botellas elaboradas por la Bodega Viñas del Vero.
Para empezar hay que saber de dónde viene este nombre tan rebuscado a los oídos del castellano parlante y que como ya habéis adivinado es un vocablo alemán.
Se trata de una variación de una uva originaria de Europa Central, concretamente de Tramin, en el Norte de Italia y que posteriormente se llevó a Alemania, donde la bautizaron de esta forma. De ahí extraemos "traminer". Por otra parte en alemán "gewürz" significa especiada, perfumada, picante. Por tanto gewürztraminer vendría a traducirse coloquialmente como "uva traminer perfumada".
Actualmente es una uva que se cultiva en todo el mundo, tanto en Europa como fuera de ella, siendo su presencia muy destacada en Australia.
Imágen obtenida de www.winefocus.es |
Se emplea para la realización de vinos blancos, que destacan por ser corpulentos, por su intensidad aromática afrutada, que a mi personalmente me recuerda mucho al lichi en su entrada (fruta tropical del sur de China que podemos probar en cualquier restaurante chino de nuestra localidad), pomelo, melocotón o incluso rosas, aunque luego deja matices ligeramente amargos.
Su cepa se cultiva muy bien en climas fríos, ofreciendo una uva pequeña y de color rosado que suele madurar bastante tarde y que contiene mucho azúcar. Por todo ello requiere unos cuidados muy especiales para que el nivel de alcohol, la acidez y los azúcares estén equilibrados.
La vendimia es uno de los momentos más interesantes del proceso de elaboración de esta variedad. Si se realiza durante un tiempo caluroso tenderá a ser un vino afrutado mientras que si hace frío contendrá tonos con recuerdo a flores.
Particularmente es una de las variedades que más me gusta en vinos blancos. Combina muy bien con platos exóticos, foie o postres al tener un aroma muy fresco y dulce, siendo lo ideal consumirlos a una temperatura de unos 9 grados.
Pese a tratarse de vinos blancos si se guardan de forma correcta envejecen bastante bien, pudiendo llegar a conservarse hasta unos diez años.
En Aragón contamos con una buena representación de esta variedad en la D.O. Somontano, tierra bastante afín a las necesidades de esta cepa. Como vais a ver podemos escoger entre un gran abanico de posibilidades. Tenemos los elaborados por las siguientes bodegas: Viñas del Vero, Enate, Monte Odina, Irius, Cojón de gato, Dalcamp, Inés de Monclús, Laus, Olvena, Pirineos, y alguna más que sin duda no habré mencionado por desconocimiento. Así que ya sabéis, ¡solo os queda probar todas!
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